Siempre hemos oído que enamorarse es algo que ocurre de una forma descontrolada. Podemos enamorarnos a primera vista, de un conocid@, un amig@, un compañer@ de clase o de trabajo, pero la cuestión es que parece que sucede sin más. No puedes parar de pensar en esa persona, imaginarl@ de mil formas posibles, disfrutas incansablemente de su compañía y quieres compartir y conocer todo sobre ella.

Muchos autores catalogan el enamoramiento como un estado de locura transitoria e incluso han afianzado que, en nuestro cerebro, este estado funciona de forma parecida a la adicción a las drogas. Se ha estudiado mucho sobre su sintomatología, su duración, sus diferencias en cuanto al amor pero, ¿podemos crearlo? ¿podemos decidir enamorarnos?

En primer lugar tendremos que definir una serie de aspectos para que dejemos claro que, el enamoramiento, es un estado, no se trata de algo estable, tienen una duración limitada y unos procesos psicológicos concretos. Si bien es cierto que puede ocurrir de forma súbita cuando conoces a alguien, existen muchas formas de enamorarse, tantas como formas de existir. Enamorarse es una cuestión de actitud, de hecho, todos conocemos a personas a nuestro alrededor que son propensas a hacerlo y sin embargo hay otras que lo niegan rotundamente e incluso les cueste reconocerlo.

La predisposición hacia este estado marca, en parte, la forma de vivirlo. Por lo general, aquellas personas que están predispuestas a enamorarse, lo experimentan de forma eufórica, mientras que los que no,  lo viven de forma angustiosa. Por supuesto esto también dependerá de si el enamoramiento es correspondido y compartido por el objeto amado.

Hace aproximadamente dos décadas, Arthur Aaron, psicólogo experto en la investigación de relaciones íntimas, consiguió que dos extraños se enamoraran mediante un experimento que consistía en 36 preguntas relacionadas con cosas personales que los protagonistas debían preguntarse mutuamente y por turnos. Parece, en principio sacado de una película de ciencia ficción, pero la cuestión principal es ¿es real ese enamoramiento?

Hacernos esa pregunta es un tanto absurdo puesto que la realidad de estar enamorado está basado en la propia experiencia, en reconocer que se está y en vivirlo de forma personal, por lo tanto, sea a través de un experimento o a primera vista las emociones son experimentadas de la misma forma.

A la pregunta, ¿podemos decidir enamorarnos? La respuesta es SI, básicamente porque cuando nos enamoramos existe una intención de unión con otra persona, y esa intención es consciente desde el momento en el que conocemos a “esa persona”. Queramos o no, tomamos decisiones respecto de quien nos enamoramos para que todo sea “inesperado”, somos capaces de obviar información para idealizar, autoengañamos nuestros pensamientos para que sean congruentes con lo que queremos del ser amado.

Todos estos procesos pueden ser, inconscientes o conscientes. Pongamos un ejemplo, la respiración es un proceso inconsciente, no nos damos cuenta de que lo hacemos hasta que nos falta oxigeno, pero párate un segundo y presta atención a tu respiración, puedes notar como el aire entra por tu nariz y se introduce en tus pulmones, y como al segundo el aire vuelve a recorrer tus fosas nasales para sacarlo fuera.

Con los procesos que rigen el enamoramiento ocurre lo mismo, pueden pasar desapercibidos o podemos hacerlos conscientes, incluso podemos aprender que cosas debemos provocar o cuales eliminar a la hora de enamorarnos de alguien.

Conforme cumplimos edad, muchos de nosotros pensamos que nunca vamos a enamorarnos como cuando éramos más jóvenes, y en parte, puede que sea verdad, porque conforme crecemos la experiencia nos enseña ciertas cosas sobre nosotros mismos que provoca que el enamoramiento sea más consciente y con una serie de prioridades y salvedades que nos permiten no “perder la cabeza” por ese amor.

Como veremos en las siguientes semanas el enamoramiento consciente depende mucho de nuestra etapa del desarrollo, de nuestras prioridades y nuestra predisposición a hacerlo posible sin que por ello se pierda la magia de este estado, ya que la magia existe mientras se crea en ella.

One Comment

  • Mari Carmen López dice:

    Al leer el post me ha venido a la mente cuando la gente habla del destino, del azar, pero la intencionalidad cuando una persona te atrae puede hacer que finalmente acabes teniendo relación con aquellas personas que te atraen (ya sea relación de amistad, amor, o relación sin etiquetas).

Leave a Reply

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.