La educación sexual y emocional es la gran protagonista de estas I Jornadas de Educación Sexual y Emocional para la Convivencia Juvenil y, por ello hemos querido invitar al ilustre científico Rafael Bisquerra Alzina. Es una de nuestras grandes propuestas para proporcionar el deleite de todas las personas interesadas en la educación emocional y la inteligencia emocional.
Don Bisquerra, es director del Postgrado en Educación Emocional y Bienestar, director del Postgrado en Inteligencia Emocional en las Organizaciones. Doctor en Ciencias de la Educación, Licenciado en Pedagogía, Licenciado en Psicología, catedrático de Orientación Psicopedagógica en el Departamento MIDE (Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación) de la Universidad de Barcelona. Fundador y primer director del GROP (Grup de Recerca en Orientació Psicopedagògica). Su línea de investigación es la educación emocional, sobre la que lleva trabajando desde mediados de los años noventa.
Algunas de sus publicaciones son:
- Educación emocional y bienestar (Praxis, 2000)
- Psicopedagogía de las emociones (Síntesis, 2009)
- La educación emocional en la práctica (Horsori, 2010)
- Educación emocional. Propuestas para educadores y familias (Desclée de Brower, 2011)
- Orientación, tutoría y educación emocional (Síntesis, 2012)
- Cuestiones sobre bienestar (2013)
- Prevención del acoso escolar con educación emocional (Desclée de Brower, 2014)
- La inteligencia emocional en la educación (Síntesis, 2015)
La inteligencia emocional es un constructo hipotético de la psicología que consiste en líneas generales en tomar conciencia de las propias emociones y regularlas de forma apropiada. La educación emocional es un proceso educativo que tiene como objetivo el desarrollo de competencias emocionales.
Rafael Bisquerra
No os podéis perder su ponencia, pues no todos los días, la Región de Murcia, puede tener el placer de contar con la visita de tan ilustres científicos.
Buenas tardes, para comenzar con la entrevista, vamos a contextualizar un poco, por lo que la primera pregunta obligada es:
1. ¿Qué entendemos por educación emocional? ¿Es lo mismo educación emocional que inteligencia emocional?
La inteligencia emocional es un constructo hipotético de la psicología que consiste en líneas generales en tomar conciencia de las propias emociones y regularlas de forma apropiada.
La educación emocional es un proceso educativo que tiene como objetivo el desarrollo de competencias emocionales. Las competencias emocionales se fundamentan en la inteligencia emocional, pero adoptan un marco teórico más amplio, ya que además toman en consideración las aportaciones de la neurociencia, inteligencias múltiples, psicología positiva, investigaciones sobre el fluir, autoestima, resiliencia, habilidades sociales, habilidades de vida, habilidades de afrontamiento, etc.
En la actualidad, se está comenzado a hablar de un tipo de psicología que centra sus esfuerzos en conocer las bases del bienestar psicológico y la felicidad, denominada como “Psicología Positiva”:
2.- ¿Qué relación tiene la psicología positiva con respecto a la educación emocional?
La psicología positiva es uno de los fundamentos de la educación emocional, ya que como acabamos de comentar, el marco teórico es amplio e integrador. Si bien conviene señalar que la psicología positiva surge con posterioridad a la educación emocional.
Hay un rol, dentro de la educación formal, que nos gustaría destacar por su papel mediador, es el rol del Orientador educativo:
3.- ¿Qué papel juega con respecto a la educación emocional? ¿Qué puede aportar este?
Los profesionales de la orientación deberían ser agentes de cambio y dinamización de la educación emocional. Podemos decir que la educación emocional surge de la orientación. He explicado esto en varios libros, entre los cuales están “Psicopedagogía de las emociones” y “Orientación, tutoría y educación emocional”.
“Lo que se necesita ahora es que los profesionales de la orientación estén sensibilizados y formados en estrategias para la implantación de la educación emocional en los centros educativos.”
Rafael Bisquerra
Podemos decir que la orientación psicopedagógica en inglés se conoce como counseling y es en el counseling humanista, representado principalmente por Carl Rogers donde se empieza a prestar atención a las emociones a mediados del siglo XX en el marco de la psicología humanista.
Por esto es que la educación emocional tiene un marco teórico más amplio que la inteligencia emocional. El counseling es uno de estos fundamentos. Lo que se necesita ahora es que los profesionales de la orientación estén sensibilizados y formados en estrategias para la implantación de la educación emocional en los centros educativos.
A principios del año (2015) se publicó su libro: “Inteligencia Emocional en Educación”,
4.- ¿Podríamos decir que este libro es una síntesis de lo que conocemos científicamente sobre inteligencia emocional en la actualidad?
Este libro se ha publicado con motivo del 25 aniversario del primer artículo científico sobre inteligencia emocional publicado por Perter Salovey y John Mayer en 1990. Durante estos años se han producido abundantes investigaciones con aplicaciones claras a la educación. Esto es lo que se propone este libro: un resumen de estas aportaciones científicas con sus aplicaciones para la práctica educativa.
La Comunidad Autónoma de Canarias ha sido la primera en integrar la educación emocional en su currículo,
5.- ¿Este es el presente que nos espera para el resto de Comunidades Autónomas? ¿Qué han de hacer las administraciones educativas para poder introducir la educación emocional en sus escuelas?
No me atrevo a decir que hará la Administración pública, la política y los gobernantes sobre este tema. Para mí lo importante es sensibilizar al profesorado de la importancia y necesidad de la educación emocional con la intención de que quieran formarse sobre esta propuesta de innovación educativa y ponerla en práctica.
Esto es lo que puede contribuir a la mejora de la educación. Una ley que imponga la educación emocional sin un profesorado debidamente formado podría ser un desprestigio. Pero es importante que la Administración pública apoye los proyectos de educación emocional en los centros educativos y la formación del profesorado.
“Una ley que imponga la educación emocional sin un profesorado debidamente formado podría ser un desprestigio.”
Rafael Bisquerra
Aunar los conocimientos actuales sobre sexualidad humana con los conocimientos y descubrimientos de la educación emocional, puede ser un objetivo beneficioso para nuestros alumnos/as.
6.- ¿Qué opina al respecto? ¿Qué beneficios puede tener la educación emocional para el alumnado que comienza a tener sus primeras relaciones de pareja y eróticas?
Es importantísimo. Las relaciones sexuales tienen una carga emocional de gran potencia. A veces pienso que la educación sexual, si es que se hace algo en los centros educativos, se limita generalmente a la anatomía sexual, prevención de embarazos no deseados, métodos anticonceptivos, prevención del sida y poco más. Normalmente no se entra a fondo en la dimensión emocional de la relación, con los matices de erotismo, sexualidad, emocionalidad, afectividad, sentimientos, deseo, enamoramiento, querer, amar, convivencia, paternidad, compromiso, etc.
“Las relaciones sexuales tienen una carga emocional de gran potencia. A Veces pienso que la educación sexual, si es que se hace algo en los centros educativos, se limita generalmente a la anatomía sexual, prevención de embarazos no deseados, métodos anticonceptivos, prevención del sida y poco más.”
Rafael Bisquerra
Para terminar y a modo de conclusión:
7.- ¿Por qué cree que es necesario llevar a cabo unas Jornadas de educación sexual y emocional?
Porque son dos asignaturas pendientes de nuestra educación formal cuya ausencia puede ser causa de muchos problemas de la humanidad, incluyendo conflictos conyugales, ansiedad, incapacidad para expresar emociones, estrés, timidez, depresión, consumo de drogas, violencia de género, etc., etc.
“Son dos asignaturas pendientes de nuestra educación formal cuya ausencia puede ser causa de muchos problemas de la humanidad, incluyendo conflictos conyugales, ansiedad, incapacidad para expresar emociones, estrés, timidez, depresión, consumo de drogas, violencia de género…”
Rafael Bisquerra
