Haciendo honor a la gran frase de la canción «que bonito es el amor, más que nunca en primavera” de Jarabe de Palo, voy a dedicar este post a hablar de lo que, los profesionales que estudiamos el comportamiento humano, sabemos de este fenómeno.

No es tarea fácil definir el amor en pocas palabras, ya que, a menu-do, solemos confundirlo con sentimientos que parecen tener relación con él, como por ejemplo, el cariño. Éste último es más bien un afecto que se le tiene a una persona y que suele ser propiciado por el contacto continuado. El amor va mucho más allá, es un sentimiento de gran afecto hacia otra persona.
Como concepto universal es algo relativo a la afinidad. Ha sido definido de múltiples formas, según diferentes ideologías y puntos de vista:

  • Desde el punto de vista filosófico, el amor es una virtud que repre-senta bondad, compasión y afecto, uno de los primeros filósofos que hablo de él fue Platón.
  • En el contexto religioso, el amor transciende del sentimiento y se considera una manifestación del alma, la cual se refleja en Dios.
  • Desde el punto de vista de la ciencia, existe aun alguna controversia entre los científicos que abogan por unirlo a la supervivencia, sin embargo existen muchas facetas del amor que no se encuentran relacionadas con ella. Cuando “hacemos el amor”, no estamos queriendo procrear la especie, ni mucho menos, tan solo queremos entrar en contacto íntimo con esa persona, una unión que en mucha ocasiones se escapa del propio lenguaje. Cierto es, que desde el punto de vista científico, se han demostrado vínculos entre la cantidad de hormonas presentes en el organismo y los estados que se califican como amorosos, pero en mi opinión, esas hormonas actúan en relación con la pasión y el deseo sexual, dos componentes bastante importantes y de gran influencia en esto del amor.

Al tratarse de un tema tan abstracto y complejo, es difícil establecer una definición precisa del amor. Sin embargo, puede ser considerado como un conjunto de comportamientos y actitudes que resultan desinteresados e incondicionales, y que se manifiestan entre seres que tienen la capacidad de desarrollar inteligencia emocional. Por lo tanto, aunque existan otras especies capaces de establecer nexos emocionales, el amor, tal y como lo experimentamos, lo hemos inventado los seres humanos.

Las emociones asociadas al amor pueden ser extremadamente poderosas, llegando con frecuencia a ser irresistibles. En sus diversas formas actúa como importante facilitador de las relaciones interpersonales, llegando a sobrevalorarlo de tal forma, que no es extraño encontrar ni una sola película, serie, canción, que no tenga como hilo conductor el amor entre dos personas.
Desde la psicología, Robert J. Sternberg, teorizó el amor de una forma muy peculiar, que se asemeja bastante a las experiencias relaciona-das con el amor en una relación de pareja. Se trata de una teoría triangular donde, tres componentes interactúan cambiando de intensidad y frecuencia. Estos tres componentes son: la pasión, el componente más arrebatador de los tres. La pasión nos hace sentir ese cosquilleo interno que experimentamos cuando entramos en contacto con la pareja. Es el motor del deseo sexual, la atracción y las relaciones sexuales. La intimidad, definida como sentimientos de vinculación, unión y proximidad. Cuando intimamos nuestro objetivo es obtener apoyo emocional a través de la comunicación, la comprensión y el respeto, es un deseo vicario, ya que deseamos el bienestar de la otra persona para nuestro propio bienestar. El compromiso, es el componente que aparece en último lugar pero es el que afianza una relación de pareja. Es la decisión de querer al otro. Este componente es, en muchas ocasiones, el responsable de muchos conflictos de pareja, ya que nos mueve a realizar conductas con el objetivo de mantener la relación de pareja, dejando de lado nuestros propios intereses. Estos tres componentes dan lugar a diferentes tipos de amor, según el componente que tome protagonismo:

  1. PASIONAL= Solo existe el componente de la pasión, no existe cabida para la intimidad ni el compromiso.
  2. AMIGABLE= La intimidad aquí es protagonista, dejando la pasión a un lado.
  3. FORMAL= El compromiso es la parte imprescindible.
  4. ROMANTICO= mezcla de pasión e intimidad.
  5. APEGO= intimidad y compromiso.
  6. FATUO = pasión y compromiso.
  7. PLENO= la unión de los tres componentes.

Esta tipología del amor no es inamovible, puesto que en una relación de pareja se pasa por todos ellos, en mayor o menor medida, pero sí que existe un predomino de unos tipos más que otros. En el lenguaje cotidiano, el amor suele asociarse en forma directa al amor romántico, es el que nos venden en todas las películas y el cual queremos alcanzar a cualquier precio, sin darnos cuenta que, el compromiso de amarse, es el que hace que las parejas se mantengan en el tiempo.

En la actualidad se duda con respecto a cómo se debe mantener ese compromiso, pero en mi humilde opinión, es una decisión en la que debe tenerse en cuenta muchas más cosas, ya que, con el amor NO BASTA.

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