El desarrollo vital de una persona está marcado por los cambios. Conforme maduramos, nuestra percepción, esquemas mentales, actuaciones, valores y creencias van transformándose. Sin embargo, existen una serie de experiencias que, se tenga la edad que se tenga, se puede vivir con la misma intensidad. Estar enamorad@ es una de esas experiencias.
Amar y ser amado es inherente al ser humano y la predisposición al amor es lo que hace que el enamoramiento sea más apasionante o menos, pero, sin duda, cuando una persona está abierta al amor, puede disfrutar el momento como si no hubieran pasado los años. Lo que puede hacernos pensar que no es lo mismo son los motivos que nos llevan a esta predisposición.
En la adolescencia nos enamoramos para experimentar algo que es novedoso y que se anhela cuando las hormonas se revolucionan. Pasados los 30 el enamoramiento es más calmado porque hacemos una selección más exhaustiva, ya que, lo que queremos es compartir intimidades más profundas que las que se comparten con un amig@. Llegando a los 45 nos permite vivir una segunda juventud y en la vejez se puede convertir en una auténtica medicina.
Existen estudios que han demostrado que, en personas mayores de 65 años que padecían una enfermedad crónica, existe un mayor bienestar general subjetivo en aquellas que decían estar enamorados de sus parejas. Otros estudios presentan una correlación positiva muy significativa entre la ilusión frente al futuro y estar enamorado, por lo que, sin duda alguna, se trata de uno de los estados emocionales que nos proporciona una motivación extra y una satisfacción vital importante.
Llegar a la vejez y enamorarse como si fuera la primera vez, a la vista está, es posible y una realidad. Sin embargo, sabemos que en una relación de pareja mantener la pasión y la ilusión por continuar juntos no es tarea fácil, básicamente porque no permanecemos enamorados de ella durante toda la relación.
En este punto es donde es muy importante saber diferenciar lo que es amor y enamoramiento. Una relación de pareja, por lo general, se forma por un primer enamoramiento, donde todo es maravilloso y perfecto. Este estado, no dura siempre, ya que se instauran otros elementos importantes que irán configurando la construcción del amor. Conforme la relación avanza, el amor crece y el enamoramiento parece que desaparece, sin embargo, no es así.
Estar enamorado, al igual que la pasión y la atracción sexual por nuestro/a compañero/a se mantienen en una línea base más estable y de menor intensidad que al principio, pero si desaparecieran el amor se termina convirtiendo en, como algunos autores denominan, “amor compañero” que es el que podemos sentir por nuestros amigos del alma, el cual es tan válido como cualquier otro, ya que no existe un amor mejor que otro, sino diferentes formas de amar.
Amor y enamoramiento son necesarios para envejecer juntos, ya que el enamoramiento es la semilla que hace crecer el amor y el enamoramiento será el que alimentará ese amor en los momentos en los que parece que los demás elementos de la relación se tambalean o se debilitan.
Las parejas que a pesar de todo, han pasado más de media vida juntos y llegan a ancianos y aun siguen enamorados han trabajado juntos para que eso sea así, ¿cómo? La respuesta es más simple de lo que puede parecer, simplemente demostrándose su amor con pequeños gestos cariñosos a diario, respetándose por encima de todo y rememorando los inicios de la relación, volviendo a realizar esas “cosas” que les hicieron perder la cabeza por su pareja.